Hoy en día, las redes sociales han revolucionado el mundo, y sobre todo el empresarial. Cada día, la relación cliente-empresa es más estrecha, permitiendo una constante interactuación que permite obtener unos mayores beneficios.
Cada vez son más las personas que se dejan llevar por los contenidos que hay en varias plataformas, bien sea vía blogs, Facebook, Twitter, y, sobre todo, Instagram.
En este post, vamos a centrarnos en los famosos “influencers”.
No se puede negar, es el término de moda. Vayas por donde vayas, la palabra “influencer” está en boca de la mayoría de gente joven. Se trata de una persona que tiene una cierta repercusión o influencia en las diferentes redes sociales. Su figura hace que las aportaciones u opiniones a través de Internet, tengan una cierta credibilidad sobre temas en los que están especializados. No se trata de gente famosa, hablamos de personas normales que han surgido de canales de YouTube, blogs, Instagram o cualquier otra red social que les han hecho crecer gracias al contenido que emiten.
Estas personas son ideales para las marcas y empresas, pues sirven para conseguir notoriedad y crear engagement con su público objetivo. La finalidad es que si un/a “influencer” dice que el champú “X” es el mejor del mercado y el que mejor te deja el pelo… pues… si lo dice él/ella, será verdad. El objetivo final es que gran parte de los seguidores de dicha persona, acaben adquiriendo el producto.
Este tipo de gente, se ha transformado en una herramienta realmente útil para las grandes marcas, pero… ¿dónde está el verdadero problema?
En un principio, tú te comprabas “X” producto porque, por ejemplo, María Pombo, (famosa influencer española), lo usaba. Ahora, desde mi punto de vista, considero que se está yendo de las manos. Lo que en un principio era algo natural, ahora se ha convertido en un negocio que mueve millones de euros. No es lo mismo promocionar algo porque te gusta y sin nada a cambio, que recomendarlo porque te han pagado miles de euros para que hagas una publicación. Desde mi humilde opinión, pienso que empiezan a perder credibilidad.
Pero espera, ¿qué es de los microinfluencers?
Se puede considerar microinfluencer a todo usuario que crea contenido en las diferentes RRSS, que cuenta entre 5.000 y 25.000 seguidores y cierto engagement, no nos podemos fijar únicamente en el número de seguidores. Se trata de una influencia más cercana, con una segmentación más precisa, pues, sus seguidores son seguidores leales a los temas que comparten en sus perfiles, ya que son expertos en la temática.
Hablamos de personas que son mucho más rentables que las influencers con 500K, pues, un solo post con esta gente podría estar a partir de 2.000€. En cambio, un microinfluencer, cobraría puede rondar entre 200 y 500 por publicación, o simplemente un intercambio de producto por foto. Hablamos de unas cifras que están al alcance de las pequeñas empresas que quieren lanzar una marca o un negocio, ya que es una vía mucho más óptima. Además, llegan a una audiencia más local y centralizada, que puede estar acorde con tu público objetivo.
Por último, destacar que el trato de una marca con un microinfluencer, será muy distinto, ya que este no cuenta con agencias ni representantes, pues es de tú a tú.
Por este motivo, si lo que quieres es una estrategia de marketing con este tipo de gente pero con un presupuesto más acorde a tus intereses, no dudes en contactar con algún microinfluencer.
Desde ecommalia.com, podemos ayudarte. Escríbenos un email a marketing@ecommalia.com y te daremos toda la información necesaria para poder empezar con tu estrategia de marketing con microinfluencers.
